Los niños experimentan imaginando
El proceso de crecer y madurar no resulta nada fácil para un niño. Poco a poco ha de ir enfrentándose con el mundo, ha de relacionarse con los demás... Por todo ello, los niños necesitan un mundo interior que les brinde protección y que se convierta en su refugio.Cuando el niño juega con la imaginación, se transforma en la persona todopoderosa que no es en la realidad. Inventa y transforma, por ejemplo, un palo de escoba en un caballo de carreras. La fantasía es para él un modo de aprender y con su imaginación crea situaciones y se coloca a sí mismo dentro de ellas, como un juego de simulación. Para la niña y el niño, es la manera de vivir una rica variedad de experiencias: puede convertirse en mamá, en una dependienta, en un maestro o en un guerrero.
Nuestro hijo no sólo transforma un objeto en otro, sino que es capaz de transformarse él mismo; puede cambiar de identidad de un momento a otro, pasando de la ficción a la realidad cuantas veces necesite hacerlo. Y buscará cómplices que participen con él en el juego fantástico.
Fantasía y realidad, un correcto equilibrio
- Es conveniente que los niños usen esa capacidad de fantasía, que jueguen mucho, que inventen, pinten, se disfracen, hablen, etc.- Más importante que ponerle los pies en la tierra recurriendo a argumentos "lógicos", puede ser que participemos de sus juegos fantasiosos
- La fantasía es para él un modo de aprender, con ella crea situaciones y se coloca dentro de ellas
- Nuestro papel de padres consistirá en ayudarles a diferenciar la realidad de lo que sólo existe en su cabeza.
infantilalfonsoviii@gmail.com
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